La fotografía llegó a Yucatán a mediados del siglo XIX y fue durante el final del Porfiriato cuando se incorporó a la prensa, generando con ello la cultura gráfica. El análisis de la evolución del periodismo gráfico a principios del siglo XX fue el eje de la conferencia “La fotografía durante el porfiriato” impartida por el Dr. Jorge Castillo Canche en las instalaciones de la Ex – Facultad de Antropología.
El también docente e investigador de la Facultad de Antropología abordó el tema mediante el análisis de tres publicaciones periodísticas que circularon en Mérida entre 1892 y 1912.
El primer caso es el de la publicación «Pimienta y mostaza: indispensable para las comidas dominicales» el cual incorporó la fotografía a sus páginas para dar a conocer la vida y obra de los personajes que dominaban la vida pública de Yucatán en los diferentes ámbitos como la política, economía y artes de aquel entonces. El Lic. Carlos Peón, el Dr. José Peón Contreras y Luis Morales eran algunos de los mencionados en las portadas del dominical así como artistas locales y damas pertenecientes a la alta sociedad de la época.
«Pimienta y Mostaza» dejó de editarse en 1903, en su último número, el editorial pide se continué con la labor de informar. La respuesta llega a través de la publicación de «La Crónica Yucateca: Periódico moderno de información, arte y letras» el cual se dedicaría a ilustrar a través de la fotografía la transformación de Mérida, la cual, según el Dr. Castillo es uno de los temas recurrentes entre la élite yucateca, que entonces estaba encabezada por el gobernador Olegario Molina Solis artífice del proceso modernizador de la capital y del interior del estado reflejado en obras como la pavimentación de la ciudad y la construcción de Palacios Municipales en el interior del estado.
«La Crónica Yucateca» se convierte en el vocero del olegariato y da a conocer también los avances en la industria henequenera pero ignora los conflictos que se desarrollaban entre los peones de las haciendas como por ejemplo los que sucedían en la Xcumpich, propiedad de Audomaro Molina Solis. La modernización del periodismo se puede constatar en la inclusión del «corresponsal» lo que podríamos conocer actualmente como el reportero que va tras la noticia, que entrevista y que esta en busca de la verdad a través de los hechos.
Entre 1907 y 1912 circuló en el estado «El Diario Yucateco» el cual surge de la fusión de la maquinaria de los periódicos el «Eco del Comercio» y «El Peninsular». «El Diario Yucateco» es considerado por el Dr. en Historia la estrella del periodismo gráfico porfirista, pues presenta el reportaje gráfico incluyendo temas políticos en aquellos años de crisis del porfiriato. En aquel periódico se publicaron las fotos del fusilamiento de los levantados de Valladolid, aquella llamada «primera chispa de la revolución».
El reportero de «El Diario Yucateco» da visibilidad a aquellos marginados sociales como lo son los pobres, las prostitutas y los delincuentes, surgiendo con ello «la nota roja» cuyo fin era adquirir lectores a través de las notas relacionadas con homicidios, suicidios, y otros temas ciertamente escandalosos. Personajes como Ricardo Molina Hube y Álvaro Torre Díaz son parte del personal que laboró en el rotativo.
El detonante para la investigación y rescate del material contenido en los periódicos antes mencionados, y otros más, fue el anuncio del cierre de la Biblioteca Carlos R. Menéndez, la cual era la única institución dónde se podrían encontrar algunas de las publicaciones editadas durante el porfiriato.
Recalcó la importancia que tiene este tipo de fotografías al estar contextualizadas y fechadas, lo cual permite al historiador crear una historia gráfica.
El evento formó parte del ciclo de conferencias organizado por la Fototeca Pedro Guerra titulado «Perspectiva entorno a las imágenes» y que continua hoy martes a las 18:00 horas con «La datación de las fotografías de William Henry Jackson como un problema de acceso a la información» y el miércoles con «El impacto de las fotografías en las artes visuales» presentadas por el Dr. Fernando Aguayo y Antonio Novelo respectivamente en las instalaciones de la Ex- Facultad de Antropología.