Luz eléctrica en Yucatán

Víctor Suárez Molina (1977)*. Al mediar el siglo XIX en los pueblo y ciudades de Yucatán la iluminación de las casas se hacía con velas y con lámparas de aceite de higuerilla y de aceite de sebo. Los mismos materiales se utilizaban para la iluminación de las calles en las villas y ciudades más importantes.

Existían para estos aceites diversos tipos de lamparillas de barro y de vidrio, así como unas de hojalata integradas por un recipiente para el aceite y dos tubitos verticales por donde salían las mechas.

En Mérida, a partir de los años sesenta los faroles con velas de las calles fueron sustituidos por faroles de “aceite de carbón” (petróleo), que el farolero, con ayuda de su escalera, encendía y pagaba noche tras noche, como antes hacía con los faroles de velas. Este servicio de alumbrado publico estaba por lo general a cargo de un rematador.

En las casas de Mérida los mismos años sesenta se usaban ya quinqués de vidrio, importados, que funcionaban igualmente con “aceite de carbón”. Luego comenzaron a usarse arañas, también importadas, que consistían en colgantes de hierro en los que se colocaban “artísticamente”, varias de estas lámparas de petróleo. Eran usadas en las casonas de la gente acomodada y en lo salones de baile y centro de recreo.

Existían así mismo muchas de estas arañas con candeleros para iluminación con velas, las que eran protegidas con briseras. Buen número de estos candelabros, importados de Europa, eran de gran elegancia y numerosas luces.

Se usaban también de importación, muchos quinqués de petróleo de artística representación, de porcelana, loza y otros materiales, de una, dos, tres y más luces.

La primera planta de luz eléctrica la trajo a Yucatán el Lic. Leopoldo Albertos en el año de 1883. Era una planta movida por vapor que producía luz incandescente por medio de carpones y que fue instalada en los patios del Palacio Municipal para dar iluminación a la plaza Principal.

En el centro de ésta se levantó una torre de hierro de 76 pies de elevación y en su parte superior se colocaron seis lámparas que iluminaban la plaza, durante tres horas, las noches sin luna. (En la siguiente fotografía se aprecia la torre)

Poco tiempo después de instaladas se quitaron dos de las lámparas para ser colocadas, una en la esquina de la catedral y otra en el Parque Hidalgo.

Años después, el 31 de octubre de 1889 se comenzó la instalación de postes de maderas en las calles de Mérida para la colocación de aisladores, cables y focos del servicio de alumbrado eléctrico del que fue contratista el señor Miguel Espinosa Rendón.

La instalación estuvo a cargo de la Thompson Houston International Electric Co. De Boston Massachussets, Estados Unidos, empresa que envío al ingeniero R.G. Ward para dirigir los trabajos.

La planta y el servicio fueron inaugurados oficialmente el 5 de mayo de 1892 si bien ya desde el mes de febrero había comenzado a funcionar la planta en vía de prueba con un circuito limitado.

Al instalarse este servicio, la torre que daba iluminación eléctrica a la Plaza Principal fue desmontada y trasladada hacia 1894 a la Penitenciaría Juárez.

El señor Miguel Espinosa Rendón y sus hijos Miguel y Manuel Espinosa y Espinosa trabajaban personalmente la empresa y atendían todos los aspectos del negocio, la marcha del cual se veía entorpecida por la mala situación económica que privaba en el Estado por aquellos años.

El servicio era deficiente, abundaban las quejas del publico y finalmente los señores espinosa cedieron su concesión en 1899 a la Cia. Yucateca de Luz y Fuerza Eléctrica, S.A. que entonces se constituyó y de la que era presidente el señor Rafael Peón Losa y gerente el señor Manuel Peón Cetina.

El centro de la ciudad de Mérida contaba entonces con 150 focos de luz eléctrica del arco voltaico y el resto de la ciudad se hallaba iluminada por la noches por 560 faroles de petróleo.

La empresa trajo nuevo equipo comprado a la Siemens Halske, A.G. de Berlín Alemania y lo inauguró el 31 de agosto de 1901 despues de hacer costosa instalación subterránea de cables.

El servicio no solamente era para la iluminación de las calles sino que también se surtía de corriente eléctrica a casas particulares, casas de comercio, oficinas y talleres.

La empresa, por decreto de mes de noviembre de 1900 había sido eximida por el gobierno del pago de toda clase de impuestos, exención que se hizo extensiva a las acciones de la compañía, quedando también eximidos del servicio de la guardia nacional veinte de los hombre ocupados en los trabajos de la empresa.

La compañía no pudo encausar bien sus actividades. Sus costos de mantenimiento y operación resultaban mayores que sus ingresos y estos no permitían hacer frente a las deudas contraídas con sus proveedores. Ante esta situación que se prolongaba sin posibilidades de mejorar dentro de un plazo razonable, del negocio se hizo cargo el 6 de agosto de 1903 la ya citada Siemens Halske, A.G. La empresa ya en manos de esta firma continuó funcionando con su nombre inicial de Cia Yucateca de Luz y Fuerza Eléctrica, S.A. bajo la dirección del señor Juan Rittter quien años después fue sustituido por el señor A. Hirsch.

La planta eléctrica estaba desde entonces ubicada en un amplio predio en la esquina de las calles 59 y 48.

Un día antes de hacerse cargo del negocio la firma alemana, como condición precisa para ese traspaso la compañía había renovado su concesión y contrato de servicio con el Ayuntamiento de Mérida para iluminación de las calles de la ciudad.

La empresa estuvo en manos de Siemens y Halske, A.G. hasta abril de 1913 en que esta la traspaso a la nueva compañía extranjera. (La Evolución Económica de Yucatán a través del siglo XIX. Tomo I 353 – 356)

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