En la glorieta central de Paseo de Montejo se encuentra el monumento en memoria de Felipe Carrillo Puerto. La historia de esta construcción inicia en 1918 cuando se proyectó construir en aquella glorieta un monumento a Nachi Cocom, para ello se colocó la primera piedra el 12 de octubre de aquel año cuando gobernaba y la obra se encargó al escultor Juan Manuel Cordero sin embargo sólo se terminó la base y el monumento quedó inconcluso.
Tras el asesinato de Felipe Carrillo Puerto, ocurrido el 3 de enero de 1924, el Ayuntamiento de Mérida decidió edificar un monumento en su memoria, se pretendió para ello que estuviese en la glorieta que une la Avenida Colón con la Itzaés, sin embargo conflictos políticos y la falta de recursos impidieron la obra.
A finales de 1925 el gobernador Jose María Iturralde Traconis encargó al escultor Leopoldo Tomassi , que concluyera la obra ahora en memoria de Felipe Carrillo Puerto. El monumento se construyó sobre la base que ya existía en piedra y realizado en piedra de Sotuta. Fue inaugurado casi al terminar la gestión de Iturralde el 24 de enero de 1926.
El obelisco presenta cuatro cuatro lados, en el sur se encuentra Felipe Carrillo Puerto entre dos indígenas mayas. La cara norte se presenta un hombre maya mirando al cielo. En las caras restantes se encuentran inscritas las leyendas «Plasmada en él está su raza» y «Su sangre fecundará a su pueblo», también se encuentra en esta cara la estrella flamígera, símbolo masónico.