En agosto de 1945, Estados Unidos lanzó dos bombas nucleares sobre Japón, la magnitud del desastre sobre Hiroshima y Nagasaki obligó al país nipón a rendirse ante los Aliados.
Ese mismo año, a casi 12,000 kilómetros de la isla asiática se fundó en Mérida, Yucatán la Sociedad de Amigos del Japón. Una asociación única en la república y quizá más allá, pues en casi todo occidente Japón era visto como enemigo.
El fundador de esta asociación fue el modesto doctor yucateco Otilio Villanueva, vecino del barrio de Santa Ana. Desde niño sintió fascinación por la cultura de aquel lejano país cuando observaba artistas japoneses presentarse en el Circo Teatro o cuando escuchaba a los mayores hablar sobre los titulares de la prensa respecto a la guerra Rusojaponesa de principios del siglo XX, en la que triunfó el país del sol naciente.
Como estudiante de medicina, tuvo oportunidad de observar las investigaciones del Doctor japones Hideyo Noguchi, quien llegó en Yucatán alrededor de 1919 para estudiar la fiebre amarilla, realizando sus investigaciones en las instalaciones del Hospital Agustín O’Horán.
El propósito de la sociedad de amigos del Japón era contribuir a mejorar la imagen de dicho país. Villanueva fue su coordinador permanente. Colaboraron con la asociación los señores Mario Sosa Romero dueño de la farmacia de Santa Ana, el escritor y profesor Conrado Menéndez Díaz, el profesor Alfredo Barrera Vázquez entre otros yucatecos. Un miembro distinguido fue Kion Azano, por mucho tiempo el único japones residente en Yucatán. Se dedicaban a comentar la historia, literatura y costumbres del país.
El Doctor Otilio Villanueva se convirtió en cónsul de facto de Japón ofreciendo apoyo a cualquier ciudadano de aquel país. En 1961 llegó a Mérida el rector de la Universidad Tamagawa, Dr. Kuniyochi Obara para ofrecer un homenaje al Dr. Hideyo Noguchi, este mismo rector intercedió para que unos años más tarde, el gobierno de Japón invitará a Otilio y a su hija Marina al país que tanto admiraban
A su llegada a Japón fueron recibidos con grandes honores desde que llegó al aeropuerto de Haneda en Tokio. Tuvieron ocasión de visitar los jardines del Palacio Imperial y conoció a parte de la familia real. El Dr. murió en 1977. En visitas recientes a Yucatán, el embajador de Japón en México, Yasushi Takase reconoció la labor de Otilio Villanueva en apoyo de los ciudadanos de su país.
La foto que ilustra este texto es de la visita del Dr. Otilio a Japón, entrevistándose con el primer ministro Eisaku Sato. Le acompaña su hija Marina.
REFERENCIAS
La única Sociedad de Amigos del Japón existente en la República Mexicana fue creada por un modesto médico yucateco», por Conrado Menéndez Díaz, Revista de la Universidad de Yucatán.