Johannes Crasemann llegó a la Ciudad de México en 1857 proveniente de una familia de comerciantes originaria de Hamburgo. De acuerdo con la historiadora Alma Durán-Merk, después de desempeñarse como empleado en la firma Stürken and Pollitz acumuló el capital suficiente para abrir su propia compañía. Viendo el potencial generado por la exportación de henequén y el añadido de carecer la península de un almacén ferretero se decantó por Yucatán para iniciar su aventura empresarial.[1]
Arribó a Yucatán en 1868 a la edad de 28 años, y en abril del siguiente año puso en marcha la Mercería y Ferretería J. Crasemann ubicada en la 1° calle de Molas, la hoy calle 65 entre 60 y 62. A través de la ruta Hamburgo-Veracruz-Mérida importó materiales de construcción, maquinaria, instrumentos musicales, armas, electrodomésticos, muebles entre otras cosas además de brindar soporte como agente de envíos y otorgar financiamiento. Desde 1875 la casa comercial adoptó el nombre de “El Candado”, que desde 1878 se ubicó frente al antiguo Mercado, hoy cruce de la calle 60 con 65.
Según la Dra. Durán-Merk, Crasemann participó activamente en los eventos de la sociedad yucateca y era un gran interesado en la cultura mexicana. Fue parte de la obra del ferrocarril Mérida – Progreso y a partir de 1880 ejerció como Cónsul Honorario del Imperio Alemán en Yucatán. En su residencia en la hoy calle 59 entre 82 y 84, conocida como La Quinta los Alemanes se colocó la primera veleta que hubo en la ciudad en marzo de 1880. En 1883, a la edad de 43 años, Johannes decidió regresar a Hamburgo, donde trabajó como agente de seguros, murió soltero y sin descendencia en septiembre de 1900.
La empresa se transifirió al también proveniente de Hamburgo, Otto Rosenkranz. La compañía fue conocida apartir de entonces como J. Craseman y Sucesores, cambiando incontables veces de socios.
En el año de 1891 realizó obras de mejoramiento en el local que entonces ofrecía surtido para los ramos de “Ferretería, Mercería, Quincalla, Herramientas para todas las artes, batería de cocina y útiles en general para el uso diario”.[2] En marzo de 1902 un incendio consume el local de la ferretería, en aquella época abundaron los incendios y el acceso al agua para apagarlos aún era complicado. [3]
El proyecto del nuevo edificio incluyó la novedad de ser la primera obra en el país en ser proyectada y construida en concreto armado y estuvo a cargo del Ing. José Artola y la supervisión de Angel Ortiz Monasterio. [4] Se concluyó la construcción en 1904.
“Los muros son de cemento armado, y sus pisos de finos mosaico. Cuenta con su elevador eléctrico correspondiente y con bombas de seguridad para casos de incendio. (…) El edificio de que hablamos ocupa una superficie de 1,700 metros cuadrados; tiene tres pisos: en el bajo está el despacho para el público, y en los altos los almacenes de ferrería y mercería, habiendo allí un vastísimo surtido, no solo de efectos alemanes, sino también de americanos e ingleses.” Eran dueños en 1906, Francisco Hartog y Félix Faller.[5]
Por casi seis décadas el edificio albergó la famosa ferretería. En febrero de 1957 el edificio se transformó bajo las órdenes del arquitecto Félix Mier y Terán y el ingeniero Franz. R. Fortuny para albergar “Cine Aladino”. La inauguración se realizó el 5 de febrero de aquel año y apadrino la ceremonia el actor yucateco Arturo de Córdova.[6]
Las modernas instalaciones contaban con aire acondicionado, mismo que logró ser instalado gracias a la habilidad de Liborio Zapata “Bolita” para introducir la inmensa maquinaria en el solido edificio. Por más de treinta años el público asistió a sus salas, cerró el Aladino en diciembre de 1990.[7]
Desde entonces ha albergado tiendas departamentales y en sus cornisas aún se puede observar algo del edificio original de El Candado.
REFERENCIAS
[1] A Case Study in Entrepreneurship: The Hanseatic Merchant Johannes Crasemann in México ; Paper read at the 18th. Mesoamerikanisten-Tagung, Universität Hamburg, Hamburg (16-18.01.2015), on 16.01.2015
[2] Almanaque de Félix Espinosa. Almanaque, Obsequio de año nuevo. Biblioteca Yucatenense.
[3] Periódico oficial del Estado de Yucatán. Diario Oficial 2 de diciembre de 1903.
[4] Román Kalisch, M. (2015). Casas de concreto armado: una innovación tecnológica en los albores del siglo XX en Yucatán, México. Actas del Noveno Congreso Nacional y Primer Congreso Internacional Hispanoamericano de Historia de la Construcción. Segovia, 13 – 17 octubre 2015, (págs. 1471 – 1480). Segovia.
[5] El Mundo Ilustrado. 18 de febrero de 1906.
[6] Diario del Sureste. 5 de febrero de 1957.
[7] Novedades de Yucatán. 26 de Diciembre de 1990.
Exelente conocer la historia de esos edificios.saber cómo se fueron formando la sociedad yucateca.la historia de esa hermosa época.graciad.
Espero mas historias