La alberca de Picheta, remedios meridanos para el calor en el siglo XIX

Los vecinos de la Mérida del siglo XIX, como los de ahora, buscaban alternativas para soportar el calor. Los más adinerados podían acceder a una casa de campo en el pueblecillo de Itzimná para ocupar cuando pesaba sobre ellos “una atmosfera de fuego”[1]

El señor Pacheco Cepeda ofrecía helados en la esquina de “La culebra”, incluso a domicilio para mitigar el bochorno de la polvorienta Mérida, esto en el año de 1870.[2]  La Sorbetería la Meridana fue de las primeras de una larga tradición de negocios, no en vano una de las marcas más reconocidas de Mérida es una dulcería y sorbetería.

El editorialista de un periódico agradecía la existencia de la fábrica de hielo “El Polo Norte” que le ayudaba a resistir “la horripilante temperatura de 35° centígrados, con las circunstancias agravantes de estar el viento en calma y haber una reverberación debida a la sequedad que blanquea el polvo de piedra molida y nos atacan narices, ojos, boca y pulmones…”[3]

Un tercer remedio eran los baños públicos. Vicente Gahona Picheta (1828 – 1899) es el grabador más reconocido de Yucatán. De forma satírica retrato a la sociedad del siglo XIX a través de la revista Don Bullebulle (1847), dicha críticas le valieron la persecución de sus enemigos que le obligaron incluso a combatir en la Guerra de Castas.

Francisco Díaz de León, biógrafo de Gahona explica que su técnica tuvo que haber sido desarrollada en Europa pues en Mérida no existía tradición alguna de grabado. Una beca otorgada por el Gobierno del Estado en 1855 le daba acceso a cuatro años en Italia para perfeccionar su técnica.

Lamentablemente apenas pudo estar algunos meses en Europa debido a la escasez de fondos para solventar la beca. Además de mejorar la técnica de grabado, Gabriel obtuvo del país mediterráneo el apodo que le acompañaría el resto de su vida. A su regreso a Mérida aseguró haber olvidado su propia lengua, llamando a la moneda de entonces piceta que eventualmente derivó en el mote de “Picheta”.[4]

El dolor de no haber cumplido el sueño europeo le acompañó el resto de su vida sin embargo en Mérida logró establecer buenas relaciones políticas que le valieron ser parte del proyecto imperial del Museo Yucateco en 1865.  En agosto de 1880 fue electo presidente municipal de Mérida.[5]

Grabado de Picheta

Intentó sin éxito establecer un teatro en su propiedad en la hoy calle 57 entre 62 y 64 (primera fotografía de esta nota), pero no tuvo éxito, por lo que decidió convertir el inmueble en casa de huéspedes y posteriormente estableció una alberca decorada con esculturas de ballenas y bestias marítimas llamándola “Alberca Gahona”, esto alrededor de 1888. Una de sus competencias, el balneario “Tivolí” de la calle 45 x 62, inaugurado en 1880.

En marzo de 1889 la alberca se encontraba cerrada por lo que el redactor de “El Telegrama” escribía:

Sr. Gahona. ¿Por qué nos tiene privados de los baños recreativos que tiene U. en su casa habitación? Ya es tiempo que los amigos de U. les den preferencia a dichos baños, pues en ellos se encuentra la simpática alberca para traveciar (sic) y a mas regaderas proporcionan el verdadero baño de aseo. Suplicamos a U. los reorganice lo más pronto posible y nos ponga en la nueva entrada una señal, una bandera, ¿Verdad que será U. complaciente?[6]

Menos de un mes después la banderita roja que indicaba la apertura de la alberca se colocó y el mismo editorialista escribió:

La bendita y deliciosa alberca ha estado, como lo esperábamos bastante concurrida. Reinando en este establecimiento el mayor aseo y orden, le hace más simpático y acreedor de ser preferido para bañarse a cualquiera otra forma de baños conocida. Que lluevan las aguilitas al inteligente y laborioso Sr. Gahona.[7]

Picheta murió en esa residencia de la calle 57 a la edad de 71 años el 1 de marzo de 1899. Ese mismo inmueble fue residencia de Gonzalo Cámara Zavala y en el se fundó la Liga de Acción Social en febrero de 1909. Desafortunadamente fue demolida en los setenta para dar paso a locales y un estacionamiento, una placa recuerda el paso del artista por aquel lugar.[8]

Auto retrato de Picheta

La obra de Picheta paso inadvertida en el contexto nacional hasta las primeras décadas del siglo XX. En 1993 el Gobierno del Estado restauró el inmueble al norte de la Plaza Grande, que antes fue el cine Novedades, y edificó un corredor turístico con el nombre de “Pasaje Picheta” en memoria del grabador. Sus obras decoraban el interior del inmueble, también un busto en la entrada

Sin embargo, el año pasado el inmueble se reinauguró mejorando algunos aspectos de accesibilidad, pero con el defecto de haber borrado los grabados para remplazarlos por un mural muy genérico. Se conservó la escultura de Gahona, pero se desvirtuó el homenaje al grabador al separarlo de su obra. Demostrando con ello que quienes intervinieron el inmueble tenían poco o ningún conocimiento de que o quien fue “Picheta”. Actualmente se exponen algunas de sus obras en la pinacoteca Juan Gamboa Guzmán, quien por cierto fue alumno de Gahona.

REFERENCIAS

[1] La Revista de Mérida (1901)

[2] Periódico oficial del Estado de Yucatán. La Razón del Pueblo. 16 de febrero de 1870.

[3] El Telegrama. Viernes 21 de Junio de 1889.

[4] Días de León Francisco. “Gahona: un excelente grabador del siglo XIX” En Revista de la Universidad de México. Enero de 1947.

[5] El Monitor Repúblicano. 25 de agosto de 1880.

[6] El Telegrama. 29 de marzo de 1889.

[7] El Telegrama. 11 de abril de 1889.

[8] Cámara Zavala, Catálogo Histórico de Mérida. Editorial Area Maya. (1949)  págs. 23

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