Existen esquinas que fueron nombradas por la propiedad que ahí se encontraba. A mediados del siglo XIX, San Cristóbal aún representaba los límites de la ciudad hacia el oriente. Al sur de la plaza de dicho barrio se encontraba la Quinta de Barbachano, en la que funcionó un telar, lugar donde se fabricaban hebras de hilo. Esta mansión campestre ocupaba la cuadra que hoy se delimita por las calles 54, 52, 73 y 73ª.
El 20 de octubre de 1899 llegaron a Yucatán procedentes de España los primeros hermanos maristas, que gracias a las gestiones de Pedro de Regil iniciarían la labor educativa en la región. De acuerdo con los historiadores Cristian Aguilar y Jesús Rosales a finales de noviembre de aquel año, los hermanos recibieron la propiedad conocida por entonces como “El Telar” para establecer su local de enseñanza. En aquel momento la fábrica de hilos ya no funcionaba.
“El Telar” también llamado San José comprendía la escuela gratuita, talleres y escuela nocturna de 7 a 8:30 pm. Así mismo estaban instaladas las habitaciones de los doce hermanos y al noroeste de la propiedad el Colegio de Artes y Oficios. Los objetos elaborados en el Colegio eran vendidos, los beneficios se dividían entre la Beneficencia y el Instituto de los hermanos maristas. Alrededor de 280 alumnos acudían al Telar. En los siguientes años la congregación originaria de Francia fundó otros colegios en Mérida y el interior del estado.
La primera guerra mundial obligó a la Congregación a movilizar a sus hermanos al frente de batalla, todos los que se encontraban en Yucatán en edad de alistarse marcharon a combatir en el ejército francés. De los 118 hermanos fallecidos en la gran guerra, 12 habían partido de Yucatán, esta merma impidió continuar la labor educativa. La inestabilidad política surgida tras la revolución mexicana precipitó la salida de la congregación en diciembre de 1914. En 1930 la orden regresó a Yucatán en condiciones diferentes.[1]
El gobierno de Salvador Alvarado se posesiono de la abandonada escuela de “El Telar” y utilizó los edificios para establecer los talleres de carpintería, mecánica, fundición y tipografía de la Escuela Vocacional de Artes y Oficios.[2] Poco tiempo después la escuela dejo la ubicación y por mucho tiempo el predio estuvo abandonado hasta que fue usado por el Departamento de Barrido y Limpieza del Ayuntamiento.
Parece ser que en 1949 inicio la división de la manzana, pues es el año en el que el alcalde Vicente Erosa Cámara encarga a Manuel Cirerol el rescate de la antigua fuente de piedra que por más de un siglo estuvo instala en “El Telar”. Restaurada la fuente, se instaló en el Parque del Centenario donde hasta hoy continua. [3] En 1957 se construyó en parte del predio que constituyó la antigua Quinta de Barbachano la Escuela Santiago Meneses.
[1] Aguilar Perera, C., & Rosales Ávila, J. (1999). Entre Galia y el Mayab: las escuelas de los hermanos Maristas en Yucatán (1899 -1914). Mérida, Yucatán: Tesis. Universidad Autónoma de Yucatán.
[2] Diario Oficial del Estado de Yucatán. 3 de enero de 1918.
[3] Cirerol Sansores (1955) Nuestra Linda Mérida.