Visitantes furtivos, ingleses en Mérida en 1765

El monopolio que España ejerció desde el siglo XVI sobre las rutas comerciales atlánticas trajo consigo el recelo de los extranjeros, especialmente de los ingleses que desplegaron estrategias ilegales, como la piratería, la guerra de corso y la filibustería para obtener un poco de las riquezas del nuevo mundo, Yucatán no fue ajeno a estas fricciones internacionales.

La Dra. Fernanda Valencia, presentó el pasado miércoles el libro “Visitantes furtivos en Mérida, 1765. Construcción y reproducción de visiones inglesas sobre Yucatán.” (UNAM, 2021).  Trabajo que centra su atención en la visita de ingleses a Mérida en 1765, contextualizándolo en clima de tensiones internacionales entre España e Inglaterra. Contó la presentación con los comentarios de la Dra. Lyliam Padrón y del Maestro Israel Cetina.

La corona española temía la interferencia comercial, política e ideológica que pudieran tener los ingleses y otros europeos en sus colonias en América, por lo que vigiló estrictamente que no se adentrasen en el territorio. Temía especialmente que contaminaran el territorio con sus malas “creencias”. La acusación de “luterano” llevó a varios ingleses que lograron introducirse en la Nueva España a ser castigados e incluso ejecutados por el Santo Oficio.

Yucatán registró la presencia de ingleses en el siglo XVI y estos fueron juzgados en el Convento Franciscano de Mérida “y sentenciados a asistir a misa en la catedral, en día festivo, descalzos, con soga en el cuello y a cumplir un año de servicio portando unos sambenitos que después se colgaron en el templo de Mérida”.

La Dra. Lyliam Padrón, destacó las descripciones sobre la defensa militar de Bacalar y Mérida, datos que representaban sumo interés para la corona inglesa y otros compatriotas que quisieran adentrarse en el territorio español. Inquietud reciproca pues los españoles también manifestaban inquietud por el poderío militar inglés. Señaló el acierto de la obra al estudiar un espacio que ha sido considerado marginal dentro de la historiografía que ha privilegiado el estudio los grandes puntos comerciales.

El Mtro. Israel Cetina destacó la rivalidad entre España e Inglaterra surgida en el siglo XVI y recrudecida en el siglo XVIII a partir de los deseos ingleses de acrecentar su poder imperial a través de los mares, monopolio español. Comentó que la visita de Cook no es un hecho fortuito y que sus intenciones estaban directamente relacionadas con las ambiciones de la corona inglesa. Así mismo recalcó el acucioso trabajo en archivos ingleses realizado por la Dra. Valencia aportando una visión fuera de la historiografía acostumbrada, poniendo a Yucatán en perspectiva en el plano global y especialmente con las relaciones con geopolíticas del caribe. Suele creerse que los europeos no españoles que llegaron a Yucatán eran únicamente piratas, sin embargo, el caso de Cook y del gobernador Arturo O’Neill de ascendencia irlandesa abren la discusión en cuanto al papel del extranjero en la península, apuntó el historiador.

La península de Yucatán representaba “una frontera imperial” un campo de batalla por el dominio del Gran Caribe, en constante amenaza de piratas ingleses, franceses, portugueses y holandeses. Los ingleses supieron del potencial de la península describiendo a “Campeche y otros lugares en Honduras” como “el corazón de la América española”.

En este contexto el inglés James Cook logró la hazaña de visitar Mérida en 1765, procedente de la Bahía de Honduras acompañado de Joseph Maud quien tenía relaciones con los guardias y custodios de Bacalar a los que había ganado con regalos patrocinados incluso por la corona inglesa a cambio de información para contar palo de tinte. La autora nos lleva de la mano por el recorrido realizado por Cook apuntalando aquellas observaciones del teniente dentro del contexto cultural de la época.

Tras transitar por catorce poblaciones, Cook llegó a Mérida por el camino a Kanasín describiendo lo que encontraba a su paso “Habla de las casas bonitas de una sola planta y pintadas de blanco, y de la existencia de veinticuatro iglesias, tres plazas importantes, una buena catedral, un convento de monjas, un monasterio de frailes franciscanos y un castillo o ciudadela.” De forma sesgada, señaló poca actividad comercial debido a que “los ricos viven de la fortuna de sus ancestros o del esfuerzo de los indios que trabajan en sus plantaciones”. Cook tenía por encargo del almirante de Jamaica llevar correspondencia oficial al gobernador de la provincia, pretendiendo abrir espacios comerciales en ruta directa a la isla antillana, ubicada en línea recta a Mérida.

El libro puede comprarse de forma física en librerías de la UNAM y descargarse de forma gratuita y legal en este enlace. La presentación se realizó en marco del Seminario de Reformas Borbónicas e Instituciones Coloniales en la América Hispana.

 

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