29 de diciembre de 1542. Cuando los conquistadores españoles al mando de don Francisco de Montejo llegaron a la vieja ciudad maya de T-hó, encontraron las ruinas de cinco cerros, que fueron adoratorios de los antiguos habitantes; decidieron fundar allí la ciudad de Mérida, por muchas ventajas que presentaba el sitio, entre ellas la gran cantidad de piedras, con las que podrían edificar posteriormente sus casas y edificios públicos.
En efecto, el 29 de diciembre de ese año, Montejo distribuyó a los conquistadores los primeros solares para que costruyeran sus casas, de acuerdo con los méritos que cada uno hubiese adquirido en la campaña. La primera edificación que levantó fue la casas de don Francisco de Montejo, frente a lo que hoy es la plaza principal. Mientras más casas se construían, más desaparecían las piedras y por lo tanto, los cerros fueron desapareciendo también.
Los últimos vestigios de los cerros que vieron los primeros conquistadores, fueron demolidos para dar espacio al mercado de verduras y frutas entre el edificio de «El Siglo XIX» y el «Centro Escolar Felipe Carrillo Puerto» y finalmente los que se arrasaron en el patio del edificio conocido como «El Olimpo» al costado norte del Palacio Municipal. (A. Ayuso, 1975)