Hasta que no ande el indio, no andará Latinoamérica» – José Martí. «140 años de la visita más relevante de José Martí a Yucatán» fue el nombre de la conferencia que se realizó el pasado 23 de febrero de 2017 en la Facultad de Ciencias Antropológicas a cargo del Dr. Carlos Bojórquez Urzaiz.
El revolucionario cubano pisó suelo Yucateco en tres ocasiones; en 1875, 1876 y 1877, siendo la última la que tuvo más relevancia. Durante estos años, José Martí se encontraba itinerante tras ser exiliado por primera vez de Cuba, nuestra entidad le sirvió de punto de encuentro con su familia.
«Está es una oportunidad para reflexionar sobre construcción de la América tan nuestra«, mencionó el conferencista. «La posibilidad del desarrollo americano tiene que ser a través de la incorporación del indígena a la vida nacional respetando la diversidad de los pueblos latinoamericanos«.
«Qué duro es vagar de tierra en tierra con tanto amor en el corazón y tanta angustia en el cuerpo» escribió Martí a su amigo Manuel Mercado. El exilio le llevó a vivir en España, México, Estados Unidos y Guatemala. José Martí fue crucial en el movimiento independentista de Cuba, razones que lo llevaron al exilio. La isla antillana enfrentaba la doble dependencia; jurídicamente de España y económicamente de Estados Unidos. A diferencia del resto de movimientos latinoamericanos, el cubano no tenía su origen en un caudillo sino en un partido, el Partido Revolucionario Cubano.
Nacido en Cuba, donde el pueblo indígena fue diezmado, Martí no tuvo contacto directo con el pueblo indígena americano hasta su estancia en México y Guatemala. Sin embargo conoció la obra de Benito Juárez a través de su maestro Manuel Mendivi. Quedó tan asombrado de la obra liberal de Juaréz que escribió «Un indio que sabe leer puede ser Benito Juárez; un indio que no ha ido a la escuela, llevará perpetuamente en cuerpo raquítico un espíritu dormido«.
El Dr. Urzaiz reconoció que el pensamiento de Martí sostenía que era la educación occidental la que haría progresar, sin ser esto del todo cierto. Se asentó en México en 1875 cuando triunfaba el gobierno liberal de Sebastián Lerdo de Tejada continuador de la obra del ya fallecido Benito Juárez, cuyo pensamiento se encontraba muy presente en los independentistas cubanos.
Procedente de Cuba, donde estuvo de incógnito, llegó al puerto de Progreso el 28 de febrero de 1877 para reunirse con su familia. En esta ocasión tuvo la oportunidad de admirar el Chacmool decomisado a su descubridor Augusto Le Plongeón quien pretendía llevarla a los Estados Unidos el cual fue exhibido en la ciudad de Mérida en el cruce de la calle 60 con 59.
Interpretó la escultura como el símbolo del despertar latinoamericano «dormido aparentemente, pero capaz por su propia energía, de surgir y obrar en un memento crítico», incluso realizó un dibujo en . Visitaría también Isla Mujeres en donde se encontraban algunos mayas refugiados de la Guerra de Castas.
Aunque la visita por el estado fue circunstancial, el acercamiento con el pueblo maya logro calar dentro del pensamiento de Martí sobre los pueblos indígenas.
“Interrumpida por la conquista la obra natural y majestuosa de la civilización americana se creó con el advenimiento de los europeos un pueblo extraño, no español, porque la savia nueva rechaza el cuerpo viejo; no indígena, porque se ha sufrido la injerencia de una civilización devastadora, dos palabras que, siendo un antagonismo, constituyen un proceso; se creó un pueblo mestizo en la forma, que con la reconquista de su libertad, desenvuelve y restaura su alma propia … tenemos toda la fogosidad generosa, inquietud valiente y bravo vuelo de una raza original fiera y artística.” Escribió el también poeta cubano.
«No se puede entender América sin conocer a José Martí» sentenció el Dr. Bojórquez Urzaiz antes de concluir la conferencia, la cual contó con la presencia del cónsul de Cuba en Mérida; Mario Jorge García Cecilia.