La industria refresquera en Yucatán

Víctor Suárez Molina (1977). Por lo caluroso del clima los refrescos y sorbetes eran, como el hielo, otro ramo de actividad muy productiva en Mérida y en otras poblaciones del Estado.

Desde el comienzo de los años sesenta (del siglo XIX) existía en los bajos de la casa del señor Darío Galera, en la esquina de la Plaza Principal y la calle de Progreso (hoy esquinas de las calles 60 y 63), un establecimiento de M. Diaz y Hno. Con un aparato para la fabricación del “saludable y sabroso néctar soda”, refresco gaseoso que se servía al público con otros refrescos de “siropes o jarabes de frutas del país y extranjeras”. Este negocio se clausuró hacia 1868 y en el mismo lugar abrió el señor José Dolores Acosta un restaurante con venta de refrescos, sorbetes y “exquisitos dulces”.

Por el año de 1870 el señor Francisco Negrón abrió en Mérida su salón de refrescos y fábrica de aguas y gaseosas en la calle del Colegio, primer oriente sur. Luego se fueron estableciendo otros salones familiares. La mayor parte de ellos contaba con aparatos del sistema Carré, para hacer helados o sorbetes.

Allá por los años setenta estableció una sorbetería el señor José María Pino Rusconi, en la esquina de La Tucha, hoy cruce de calles 57 y 66, pero después la trasladó a la Ciudad del Carmen para regresar a Mérida hacia 1886 instalando una nueva sorbetería en la hoy calle 58 entre 63 y 61, frente al edificio de los Tribunales del Estado. Ahí instaló también una máquina para preparar aguas gaseosas y comenzó a producir una sidra cuya receta había aprendido de su padre, marino que fue por muchos años. Para embotellar la sidra trajo de Nueva York una embotelladora de alta presión.

Habiendo regresado a Ciudad del Carmen el señor Pino Rusconi dejo al frente del negocio en Mérida a su hijo José Ma. Pino Domínguez quien amplió el negocio establecimiento expendios de gaseosos en diversos lugares. Fue posiblemente el primer negocio en cadena establecido en Yucatán.

En los primeros años del siglo XX Pino Domínguez trasladó su fábrica a una casa en la esquina de El Almendro, sobre la calle 63 cerca de la 72 y luego adquirió otro predio en la esquina de las dos calles citadas y en esas propiedades fue levantando su industria embotelladora que luego habría de ocupar primer lugar en el Estado por la calidad popularidad y preferencia de sus productos.

Por el año de 1888 abrió otra fábrica de gaseosas en la calle 58 entre 63 y 65, el señor Waldemoro Ponce, también con maquinaria recibida de Estados Unidos.

Más adelante en julio de 1894 abrió su fábrica de aguas gaseosas, “La Meridana”, un norteamericano el señor H.H. Murphy quien ofrecía aguas gaseosas, ginger-ale, zarzaparrilla y limonadas, las que vendía también en sifones y en botellas especiales de vidrio.

Al comenzar el siglo XX la fábrica de Murphy había desaparecido y existían las de Pino Domínguez, la de Ponce y otra del señor Juan A. Pérez Cámara quien la tenía contigua a su peletería y zapatería “El Botín Azul”, en los bajos del Palacio Episcopal.

Aparte existían otras pequeñas refresquerías y sorbeterías, algunas en el interior del Estado, pero de ellas no hemos encontrado en nuestras investigaciones, sino vagas, como una que tuvo el señor Marcos Sabido, en Progreso, en los años ochenta. (La Evolución Económica de Yucatán a través del siglo XIX. Tomo I. 345 – 347)


Añadimos que en 1855 se tiene noticia de que la Cantina del Omnibus abrió sus puertas frente a la Plaza Grande ofreciendo entre varios productos, refrescos. [1] Para la feria de Santiago de 1858 el señor Nicanor Espejo abrió “La Longita” ofreciendo “Refrescos de todas clases, frutas extranjeras conservadas en su jugo natural”.[2] Un año más tarde aparece en el periódico oficial el anucio de Manuel Fernandez ofreciendo sus servicios en distintas artes entre ellas la elaboración de refrescos de soda.[3] También se omite mencionar que en 1907 el asturiano Vicente Rodriguez Pelaez y Felipe Sánchez González fundan la sorbetería “El Colón” que sigue vigente en el gusto de propios y visitantes de la ciudad.

Referencias.

[1] Periódico Oficial del Estado de Yucatán. El Regenerado. 4 de mayo de 1855.

[2] Periódico Oficial del Estado de Yucatán. Las Garantías Sociales. 21 de julio de 1858.

[3] Periódico Oficial del Estado de Yucatán. El Constitucional. 4 de febrero de 1859.

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