La tercera es la vencida: La Iglesia de San Cosme.

El 7 de febrero de 1906 se coloco la primera piedra de lo que sería la Iglesia del entonces rumbo de San Cosme, hoy García Gineres. El acto tuvo como invitada de honor a la señora Carmen Romero Rubio de Díaz, esposa del general Porfirio Díaz. La pareja presidencial se encontraba en la ciudad de visita en lo que fueron las Fiestas Presidenciales. Aquel día el presidente se encontraba en la Hacienda de Chunchucmil.

Doña Carmen Romero.

Durante el gobierno de Porfirio Díaz el estado mexicano estableció una  política de reconciliación con la iglesia católica y se dice que la figura de Doña Carmen fue crucial para esta nuevo etapa en las relaciones Iglesia – Estado, sobre todo al participar de este tipo de eventos de carácter religioso.

La ceremonia se realizo la tarde del miércoles 7 de febrero de 1906 según recogen las crónicas y contó con la participación del dramaturgo José Peón Contreras quien pronunció una composición referente al evento.

Dice un colega que el 7 del corriente, siendo Obispo de Yucatán D. Martín Trischler y Córdova, fue colocada la primera piedra del templo que bajo la advocación de “Nuestra Señora del Carmen” “perpetuará” en la colonia de San Cosme las creencias religiosas que son “el manantial virtudes de nuestra familia». Agrega el colega que ese templo “perpetuará” el recuerdo de la visita hecha a Yucatán por doña Carmen Romero Rubio de Díaz, que apadrinó el acto. EL PADRE CLARENCIO, 18 de febrero de 1906.

También se coloco la  primera piedra de un arco de mampostería sobre la actual calle 18, el arco delimitaría el terreno del parque  «Carmelita» en honor de la primera dama del país.

La invitada la Sra. Doña Carmen Romero Rubio de Díaz para presidir la ceremonia de la colocación de la primera piedra del templo a Nuestra Señora del Carmen en aquella Colonia, asistió por la tarde al parque “Carmelita”, donde una pataforma preparada al efecto se colocó un estrado, el cual ocupó la Sra. Romero Rubio de Díaz y otros varias principalísimas damas. El diocesano asistido de Canónigos bendijo solemnemente el sitio y la Sra. Romero Rubio Díaz, con una cucharilla de oro y nácar, depositó una mezcla sobre la primera piedra del nuevo templo.  El acta de inauguración fue autorizada por el Notario Don Avelino López. La banca, el comercio y la industria del Estado de Yucatán. Febrero de 1906.

Lamentablemente aquellas primeras piedras se quedaron en ello, y la construcción de aquel conjunto iglesia nunca se termino.

En 1945 inicio la construcción de una nueva iglesia para el rumbo de San Cosme, estaría dedicada a Santa Teresita; sin embargo una tragedia detuvo la obra según nos dice el escritor Roldan Peniche Barrera en uno de los relatos de su libro «Crónica del Asombro«, la narración sobre este evento la citamos a continuación:

El sonado derrumbe de la Iglesia de San Cosme.

Hoy nadie le llama “San Cosme” al rumbo del Parque de las Américas, “San Cosme” era el nombre con el que se conocía a toda esa gran zona urbana al comienzo y a mediados del siglo XX. Pues bien, ahí existió una vieja iglesia que finalmente se derrumbó en 1947. Se hablaba de muertos que yacían bajo los escombros del templo y quizá de alguien con vida. Animosos voluntarios ayudaron a la Policía Municipal de Mérida en la búsqueda de algún sobreviviente, pero mientras más buscaban entre los escombros, la atmosfera se hacía más pestilente y las moscas (las moscas verdes) más numerosas.

La Segunda Iglesia.
Segunda Iglesia, dedicada a Santa Teresita.

Casi no se soportaban el hedor cuando se presentó a la escena el jefe del Departamento de Obras Públicas del Estado Arq. Manuel J. Castillo Montes de Oca quien los reprendió severamente: “¡Váyanse cuanto antes de este lugar, señores! Tanto la cúpula como la fachada del edificio están por desmoronarse. Si aprecian sus vidas, retírense a sus casas”. Todos cumplieron con la advertencia y abandonaron el lugar. Al día siguiente se procedió con la demolición de lo que restaba de la fábrica. Hubo lamentos pues se pensaba que ahí se hallaban los cuerpos de dos mendigos que acostumbraban pasar la noche en la vieja Iglesia, y el del Sr. Alberto Quijano Kantún, velador de medio tiempo del templo. Ya demolido el edificio, se reanudó la búsqueda de las posibles víctimas pues la fetidez iban en ascenso. Buscando, buscando, y guiados del terrible hedor, encontraron, a eso de la una de la tarde, parte del cadáver de un hombre en total estado de descomposición. Se hallaba de bruces y tenía encima una inmensa piedra que le había destrozado la cabeza. Con grandes trabajos arrancaron el cuerpo de entre los escombros. Resultó ser el del velador Quijano Kantún, a quien logró identificar su hermana Feliciana por virtud del tatuaje de un corazón con el nombre de Julia esgrafiado en su brazo izquierdo. Los cadáveres de los mendigos nunca fueron encontrados.

Roldan Peniche Barrera.

Así pues, al año siguiente se inicio la obra de la iglesia que finalmente se terminaría, «Nuestra Señora de Fátima» en lo que actualmente llamamos la colonia García Ginerés.

Iglesia de Fátima.

Fuentes

  • Revista de la Revolución.
  • El Tiempo Ilustrado.
  • 77 Fragmentos Meridanos.
  • El Padre Clarencio.
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